Translate

sábado, 17 de noviembre de 2012

AUTORES QUE INFLUENCIARON LA PEDAGOGIA

René Descartes (nace en Francia 1596-1650 fallece en estocolmo)

fue un filósofo y matemático francés, educado en un colegio de jesuitas.

Durante su juventud perteneció a las filas del ejército durante alrededor de diez años, sirviendo bajo las órdenes de Mauricio de Nassau y más tarde bajo el mando de Maximiliano de Baviera.

Posteriormente regresó a París donde sólo vivió tres años cuando decidió trasladarse a Holanda, huyendo del bullicio y buscando la soledad.

Descartes hizo importantes aportes en geometría y realizó notables trabajos en el campo de la óptica y en anatomía. Pero su principal contribución fue sentar las bases de la filosofía moderna y de la teoría del conocimiento.


Este filósofo aspiraba a transformar a la filosofía en una ciencia con el rigor y la claridad de las matemáticas.

Para comprender el surgimiento del pensamiento de Descartes hay que entender el contexto histórico en el cual él vivió y el avance en esa época de los descubrimientos científicos.

En primer lugar la división en la iglesia, las guerras religiosas y la aparición del protestantismo. Luego, el descubrimiento de la redondez de la tierra que deja de ser el centro del Universo; de manera que el hombre se ve obligado a abandonar el realismo aristotélico para entrar en una nueva etapa de profunda crisis que obliga a replantearse los principales problemas de la filosofía.

Descartes cuenta con un pasado filosófico que ha fracasado, de manera que él tiene que comenzar a hacer una filosofía con mucha más prudencia y cuidado.

Ese esmero en evitar el error le imprime a la filosofía moderna un sello distintivo cuando se enfrentan a la pregunta de ¿Quién existe?

Descartes se da cuenta que la única manera de evitar el error es centrarse en cómo se llega al conocimiento, y construye una filosofía centrada en el método.

La principal pregunta que se hace Descartes es ¿cómo se hace para llegar a la verdad libre de toda duda? Por lo tanto transforma la duda en un método.

Se trata entonces de descubrir una propuesta de la cual no se tenga la más mínima duda, sin caer en la formulación de conceptos sino que se logre en forma inmediata, o sea que entre el objeto y el observador no haya nada.

Y entonces descubre que el pensamiento mismo es lo único capaz de alcanzar esa condición de inmediatez. Porque puede dudar de sus percepciones pero de lo único que no puede dudar es de que está pensando.

Es decir, de estar consciente es de lo único que no puede dudar. De modo que para Descartes, lo que verdaderamente existe es el pensamiento; y formula la frase que lo lleva a la inmortalidad: “Pienso, luego existo”.

Es el origen del idealismo.

De lo que sí puede dudar es de lo que está más allá de su pensamiento, o sea de lo que alcanza a percibir en forma mediata a través de sus pensamientos.

Invitado Descartes por la reina Cristina a vivir en Suecia en 1649, fallece en Estocolmo.

Curiosamente, Descartes no era pedagogo y posiblemente no tenía intensiones de contribuir con tal disciplina; durante el siglo de la Ilustración a la que le aportó desde su disciplina, la filosofía.

Su aportación a la pedagogía consiste en la duda como método y la discusión como técnica; argumentando que el pensamiento es el medio para no tener dudas fundamentándose en el ser la duda de las percepciones.

El aprendiz debía dudar de lo que percibía y razonar sobre ello. El docente debía guiar y poder en duda; por lo que el aprendizaje era definido como idear.

En el aula lo aplicaría poniendo casos a descifrar por los alumnos donde la duda sea la protagonista para llegar a la conclusión de dicha actividad.

Su obra principal es “Discurso del método”.


EDGAR MORIN (parís 1921)


La vida es una vorágine de emociones, estados, relaciones, situaciones, etc. que nos dificultan una comprensión global de lo que acontece. Esto mismo sucede en el aula, hay tantos aspectos que nos cuesta configurar la realidad. Hoy proponemos una nueva mirada que afronta la diversidad y la individualidad para dar sentido a la realidad que tenemos cada día en el aula.

Tenemos que significar la figura de Edgar Morín (parís 1921), filósofo y sociólogo francés que a lo largo de su trayectoria ha ido reconstruyendo su propio saber, incorporando y transformando múltiples miradas. Hoy en día podemos hablar del Paradigma de la Complejidad para explicar en cierta medida, las dinámicas humanas. Y de él, queremos resaltar tres aspectos que deben modificar la realidad educativa:


· Diversidad: la vida tiene multitud de formas y los colectivos deben favorecer este hecho. Al hacerlo favorecemos la creatividad y la inclusión en el aula. La educación debiera tener la capacidad de generar espacios de seguridad y acompañamiento que generen las sinopsis necesarias para el desarrollo cognitivo, emocional y corporal. Ajustándose siempre a las múltiples capacidades del ser humano.

· Auto-organización: los colectivos deben poder manejar su desarrollo con un margen de libertad que les permita ser autónomos. Debemos genera dinámicas auto-organizativas que lleven al alumno/a a ser autónomo y responsable de la dinámica del aula.

Cooperación: llevamos muchos años trabajando individualmente. Hoy en día sabemos que el desarrollo se genera en la interacción de diferentes individualidades que crean una red de crecimiento común.

“La combinación de estos tres principios es de una riqueza extraordinaria. Cualquier exceso de control, pensando que eso va a aumentar la eficacia y el éxito, y/o que se deja llevar por la trampa de la simplificación, […] disminuirá las posibilidades de un desarrollo armónico”.1 Esto nos lleva a una gran reflexión a los docentes.

Morín, habla de hacer una reestructuración en la educación para este nuevo siglo y según sus palabras, “esa reorganización no se refiere al acto de enseñar, sino a la lucha contra los defectos del sistema, cada vez mayores. Por ejemplo, la enseñanza de disciplinas separadas y sin ninguna intercomunicación produce una fragmentación y una dispersión que nos impide ver cosas cada vez más importantes en el mundo. Hay problemas centrales y fundamentales que permanecen completamente ignorados u olvidados, y que, sin embargo, son importantes para cualquier sociedad y cualquier cultura.”

Y es por eso que nos ofrece los 7 saberes necesarios para la educación del futuro:

1. Reconocer las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión
La educación debe conocer las características plurales del ser humano y permitir el error y la ilusión como parte del conocimiento. Conocer el proceso de adquisición de éste, debe ser la necesidad primera para afrontar los nuevos retos.

2. Los principios del conocimiento pertinente
Nos vemos atestados de conocimientos fragmentados que no somos capaces de ligar a nada. Necesitamos generar métodos que faciliten el conocimiento de las relaciones y complejidades de lo que aprendemos para poder contextualizar en algo más global que cobre sentido.

3. Enseñar la condición humana
La educación del futuro debe acompañar a conocer la identidad individual del ser humano y al mismo tiempo la pertenencia al colectivo humano. Es decir, debemos mirar al alumno/a por lo que trae física, biológica, psíquica, cultural, social e históricamente y que por tanto, lo hace único pero a la vez acompañarlo humildemente al reconocimiento de la identidad común a todos los demás seres humanos.

4. Enseñar la identidad planetaria
Se trata de poner los pies en la tierra y al igual que hablamos de una identidad individual y otra común. Ampliar la mirada a una identidad terrenal que nos ayude a reconocer la crisis que sufre actualmente y trabajar para enseñar la intersolidaridad entre las partes del mundo.

5. Enfrentar las incertidumbres
Estamos en un mundo que la ciencia ha construido a través de pequeñas certezas que a la vez nos han revelado innumerables campos de incertidumbre. Se debe enseñar para preparar nuestras mentes para esperar lo inesperado y poder afrontarlo.

6. La enseñanza de la comprensión
La comprensión está ausente en las aulas, cuando en realidad es medio y fin de la comunicación humana. La comprensión nos debe servir para poder mirar y asentir a la realidad del otro construyendo la base más segura de la educación para la Paz.

7. Ética del género humano:
Las lecciones de moral no pueden conformar una ética. Debe formarse de la conciencia de que el ser humano es individuo, parte de una sociedad y a la vez parte de la especie. Teniendo en cuenta estos tres aspectos, generamos una ética personal, social y terrenal que abre nuevas posibilidades de comunidad.

Sin duda, educar desde estos principios, generará personas preparadas para un nuevo futuro.













No hay comentarios:

Publicar un comentario